Una fábula sobre tolerancia adornada con arabescos y hadas.

Las películas para niños, en muchas ocasiones, nos regalan a los adultos historias que encajan con las realidades que vivimos. Esta fábula mágica en donde las hadas y los diseños árabes transportan la imaginación a un lugar lejano y misterioso, se adapta muy bien al momento que vivimos: Un presidente de raza y religión contrastante a la mayoría del pueblo que democráticamente le ha elegido.